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Germinación

Foto del escritor: Ciudad BotánicaCiudad Botánica

Exactamente ¿Qué es germinar? Esta es una pregunta típica en los talleres de huerto y jardín. La respuesta inmediata: Es el proceso de transformación de una semilla hasta convertirse en planta. Pero ¿Cómo sucede la germinación? ¿Qué condiciones son necesarias para que esto suceda? Aquí reside uno de los "misterios" mas místicos y hermosos de la vida: El cómo una pequeña semilla de apenas milímetros que se podría perder en las yemas de nuestros dedos, puede llegar a convertirse en una planta de hasta varios metros de longitud, de la que emanan tallos y troncos y hojas y frutos que nos sirven a otros seres vivos para alimentarnos y nutrirnos, y que a su vez, estos frutos están dotados de nuevas semillas que lograrían volver a multiplicarse repitiendo el ciclo infinitamente....


Pero aunque es místico y hermoso, no es un misterio. Todas las semillas contienen un embrión y una reserva de alimentos envuelta en una cutícula que cubre sus "pieles". Cuando las condiciones son favorables, el embrión se hincha rompiendo esta cubierta de la que empieza a brotar el primer tallo, que posteriormente se transformará en plántula cuando este a su vez, comience a brotar sus primeras raíces, pues justamente ahí concluye el proceso de germinación: Cuando la planta ya necesita tomar sus nutrientes de la tierra.


Pero volvamos a la germinación ¿Cuáles son estas condiciones que favorecen el embrión se hinche y comience la magia de la vida? Al menos tres: Humedad, temperatura. y oxigenación.


Humedad

La germinación se "activa" con la humedad. Las semillas, deben estar siempre húmedas. No empapadas, ni ahogadas. Sin embargo, el exceso de agua también podría ahogarlas y generar hongos que las pudriría, por lo que debemos ser muy conscientes de no sobrepasarnos al momento de humedecerlas (ojo, no regarlas como si se tratara de una planta madura, la humedad ideal se aplica con un spray/ aspersos y no con una regadera de jardín).


Temperatura Una semilla necesita un ambiente tibio para germinar: Ni muy frío, ni muy caliente. Hay que ser muy consciente de esto, sobretodo si la germinación se hará directamente en el jardín, pues el sol abundante del medio día podría representar calor extremo para ellas, o bien. los descensos de temperatura típicos de la madrugada podrían helarla; también estos cambios dramáticos podrían estresarla. Es por eso que en los casos de siembra directa en jardín, es importante considerar que la semilla esté bien cubierta con unos 3 cm de tierra: No dejarla superficialmente, y también hacerlo en temporadas en dónde el clima sea mas estable y amigable: Primavera y Otoño.


Oxígeno Cuando se germina en tierra, hay que asegurarnos de que esta tenga una textura apropiada, es decir, que no esté muy dura para que la semilla pueda oxigenarse correctamente. Un consejo personal que podría darte para saber si la tierra de tu jardín es apta para germinar es: Si cuando llueve y se hace lodo, este se queda pegado a tus botas de jardinería y necesitas de un cepillo o herramienta externa para despegarlo, no es una tierra adecuada para germinación (tranquilo que si puede servir para el desarrollo posterior de las plantas, pero no es lo mejor para la etapa de germinación que es la más vulnerable en la vida de la planta, de esto hablaremos mas detalladamente después). La textura ideal de tierra o sustrato para germinar es que sea esponjosa. Que al mojarla o humedecerla no se hagan montículos, que no se compacte para que pueda oxigenarse correctamente.




Pareciera complicado encontrar los límites de estos tres factores que en correcto equilibrio, aseguran una germinación exitosa de la semilla. Por poner un escenario: En el caso de un chubasco el exceso de agua de lluvia podría ahogar en agua a la planta, la tierra podría apelmazarse cortando la oxigenación y provocando hongos que tarde o temprano también terminarían afectando la semillas, además de que la temperatura podría ascender o descender dramáticamente cortando la germinación.... Imagínate. Esto sin contar que a los pájaros les encantan las semillas y pueden comerse las que acabamos de poner en tierra si no usamos un espantapajaros adecuado ¡ja! Así de simple se puede frustrar un proyecto de jardín.


El ambiente externo podría entonces parecer hostil y difícil para una semilla tan pequeña. La buena noticia es que es posible germinar en ambiente controlado dentro de nuestra casa, antes de sacar las plántulas al mundo externo, literalmente como si de una incubadora se tratara. En muchos casos, ni siquiera se necesita tierra. Aquí te dejo algunos metodos comunes:


Germinar en tela, periódico, esponja o papel de cocina Un método casero, económico y eficaz, que ayuda a mantener la humedad necesaria.







Germinar en tubos de papel – Previamente cortados, son un método casero y económico que te ayudará a mantener en orden tus semillas. Es recomendado sembrar de 2 a 3 semillas por tubo, trasplantando al final, solamente la planta que se vea mas fuerte y resistente.








Germinar en semilleros o charolas –Es el método más tradicional usado por los agricultores. También existen semilleros que incluyen una tapa de plástico transparente a forma de domo, que genera un pequeño invernadero, sin peligro a que las semillas se ahoguen, ya que no sellan de manera hermética



Germinar en fibra de coco –Ayuda a drenar el exceso de agua. Además es un material orgánico y ecologico que resulta de la tritura de las cáscaras de coco.




Germinar en “Jiffys” -Estas son literalmente pastillas de Peat Moss deshidratado que al humedecerse se expanden mientras que la semilla germina, manteniendo la humedad y oxigenación adecuadas. Al terminar la etapa de germinación y cuando el jiffy se encuentre lleno de raíz, puede ser trasplantado en la tierra directamente, sin perturbar a las raíces por el cambio de locación. Es un método fácil y muy efectivo.



Germinar en cubos de lana de roca –Un método muy usado en la hidroponía. Estas ayudan a mantener una equilibrada relación de humedad-oxígeno. Al final pueden ser trasplantados enteros a la tierra, sin necesidad de frustrar a la semilla y sus pequeñas raíces.






Siembra Directa – En los casos de siembra directa la recomendación que podemos hacerte es que lo hagas en temporadas dónde el clima sea amigable y estable: Primavera y Otoño. Que cubras tus semillas con al menos 3 cm de tierra. Que esta tenga una textura esponjosa (o al menos la capa superficial del jardín). Que tengas cuidado cuando riegues que no sea en exceso, y que no olvides poner un espantapajros :)





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